La trata transatlántica de esclavos, iniciada en el siglo XVI y extendida hasta el XIX, forzó a millones de africanos a trabajar en plantaciones americanas (azúcar, tabaco, algodón) y minas, bajo condiciones inhumanas. Los esclavos, considerados propiedad, carecían de derechos, pero su resistencia se manifestó a través de rebeliones y fugas. La esclavitud marcó profundamente la sociedad, economía y cultura americanas, dejando un legado que persiste en la actualidad.