Tras victorias mexicanas iniciales en San Patricio, Encinal del Perdido y El Álamo (si bien esta última fue presentada como victoria estadounidense en la prensa), el general Santa Anna fue derrotado decisivamente en San Jacinto el 21 de abril de 1836, resultando prisionero. Forzado a firmar un tratado en Velasco el 14 de mayo, Santa Anna aceptó la retirada de las tropas mexicanas de Texas más allá del Río Bravo, cediendo todas las propiedades, bienes y esclavos en posesión del ejército mexicano o capturados por los texanos.