Tras la independencia de México en 1821, Texas se integró a éste. En 1824, el estado de "Coahuila y Tejas" permitió la llegada de 300 familias anglosajonas, a quienes se asignaron 30,000 hectáreas de tierra. A pesar de la abolición de la esclavitud en México, se permitió una excepción para estos colonos. La tensión creció cuando el gobierno central mexicano dividió el territorio en provincias, generando conflictos con los nuevos pobladores.