لخّصلي

La formación de la espana moderna
Al finales del siglo XV, las dos principales potencias de la Península Ibérica eran
Castilla y Aragón. Entre ellas existía, sin embargo, un considerable desequilibrio.
Territorialmente más extensa, Castilla tenía
una población de unos cinco millones de
habitantes, con tendencia al crecimiento. Beneficiada por su rica ganadería avina, de carácter trashumante, la
economía castellana
tenía sus elementos.
más dinámicos en ol
comercio de la lana
y en la explotación
de sus recursos mlneros, en estrecho
contacto con los
puertos europeos.
del Atlántico y del
Mar del Norte. A
partir de 1492 se
añadiría la con-
quista y explota
ción de los nuevos
territorios ameri
canos, una fuente
de inmensa riqueza disfrutada inicialmente sólo por
Castilla. Por el contrario, los reinos
de Aragón, Valencia y Mallorca, y el
principado de Cataluña, integrantes
de la Corona de
Aragón, sufrían un
cierto declive de-
mográfico --su población no llegaba
al millón de habitantes y un estancamiento, económico provocado en buena
medida por la pérdida de los mercados del
Mediterráneo oriental, como consecuencia
del avance de los turcos otomanos. Estas
circunstancias, unidas al hecho de
que la complejidad de las insti-
tuciones aragonesas dificultaba la centralización administrativa,
facilitó que Castilla
desempeñara un
papel hegemónico
en la construcción del nuevo
Estado surgido de
la unión dinastica
de ambos reinos.
-Los Reyes
Católicos
El matrimonio de
Fernando II de
Aragón (1452-
1516) con Isabel I
de Castilla (1451-
1504) en el año
1469 ha sido con-
siderado tradicionalmente como el
acontecimiento
fundamental en el
surgimiento de la
nación española.
Aunque esta tesis
lleva algún tiempo
sometida a una
profunda revisión,
que hace hincapié
en que se trató de una mera union personal
y que los Estados confederados mastovie-
ron sus respectivas instituciones soberanals
y sus sistemas legcles, resulta evidente que
la Monarquía de los Reyes Católicos supuso
una decisiva etapa de transición hacia la
creación del Estado unitario de España.
Como gobernartes conjuntos de ambos
reinos, el primer objetivo de Fernando e
Isabel fue consolidar la autoridad real.
muy debilitada durante los reinados de sus
antecesores. Una de las primeras medidas
en este sentido fue la creación de la Santa
Hermandad, un cuerpo de policía de ámbi-
to local, pero controlado por la Corona.que actuó para acabar con el bandolerismo, que florecía tras la guerra civil que
había sacudido Castilla al inicio del reinado de Isabel. Los monarcas también emprendieron acciones contra algunos nobles
especialmer.te reveliosos, a in de recortar
el enorme poder que habían adquirido en
la etapa precedente. Pese a ello, los Reyes
Católicos contaron con muchos partidarios
entre la alta nobleza, cuyos privilegios señoriales respetaron incluso incrementaron. en perjuicio de las ciudades y del
campesinado.
Mayor trascendencia tendría la reforma
de la Administración de los rainos. En Castilla, una vez superada la guerra civil, Fer-
mando e Isabel impusiero una progresiva
centralización, que ha permitido hablar de
"Monarquía autoritaria". Las Cortes reuni-
das en Toledo en 1480, reorganizaron el
Consejo de Castilla, restando poder a los vo-
tos de la nobleza y creando la figura de los
secretarios reales, auténticos ministros colocados al frente de una maquinaria buro-
crática cada vez más compleja.
En el terreno local, la Corona se aseguró
el control del gobierno de las ciudades me-
diante el nombramiento de corregidores..
representantes del poder central frente al
municipal, que eran decisivos en cuestiones
lan importantes como la elección de los
procuradores urbanos en las Cortes caste-
llanas. En cuanto a éstas, Los reyes procu-
raron recortar su poder, que había crecido

enormemente a lo largo del siglo XV en benelicio de la nobleza. De hecho, este Parla-
mento de tipo medieval sólo fue convocado
cinco veces entre 1476 y 1502 práctica-
mente con la única misión de aprobar nue-
vos irapuestos para sufragar los gastos de
la Administración real. En cambio, en los
diferentes territorios de la Corona de Ara-
gón las Cortes siguieron disfrutando de una
amplia capacidad legislativa y del control
de la actuación de los monarcas.
Uno de los apoyos de la Monarquía fue la
Santa Inquisición, que va existía en Ara-
gón, y que fue introducida en Castilla en es-
te periodo. Cuando, en noviembre de 1478.
el Papa Sixto IV autorizó a los reyes a-nom-
brar a los inquisidores, este tribunal ecle-
siástico pasó a convertirse en un instru-
mento de la Corona para luchar contra los
disidentes políticos y contra aquellas mino-
rías religiosas judíos, musulmanes con-
versos Y
más tarde rotestantes cuya
heterodoxia (hereita) hacía peligrar el mo
delo de sociedad católica que impulsaban
los monarcas En 1492, éstos ordenaron la
expulsión de todos los judíos que se nega-
ran a convertirse. Unos 100.000 abandona-
ron entonccs España y se establecieron
fundamentalmente en el Mediterráneo
oriental, donde formaron la comunidad de
los sefardies Los tribunales de la Inquisi-
ción aplicaban libremente la tortura y en
ocasiones, condenaban a la hoguera a los
rcos que se negaban a renunciar a sus
creencias. Estos actos constituyen una de
las páginas más oscuras de la España mo-
derna
Junto a la reorganización administrati-
va, los Reyes Católicos protagonizaron una
activa política exterior, orientada a lograr
la unificación peninsular, la creación de un
Imperio colonial ultramarino, la contención
de la expansión francesa en el Mediterrá-
neo occidental y el estrechamiento de rela-
ciones con los países del Mar del Norte, so-
cios naturales del importante comercio la-
nero castellano...
Lana
En la Península Ibérica, el avance terri-
torial se concretó en un primer niomento

en la larga guerra de
Reconquista del último Es-
tado musulmán, el sulta-
nato de Granada. Con la
Caída de esta ciudad, en
1492, finalizaron ccho
siglos de presencia islá-
mica en España, aunque
siguió existiendo en sue-
lo español una importan-
te comunidad musulma-
na, los moriscos. Tras la
muerte de la reina Isa-
bel, y siendo Fernando
regente de Castilla, las
tropas castellanas termi-
naron con la indepen-
dencia del reino de Na-
varra, cuya política se
inclinaba demasiado a
los intereses franceses
(1512)
El enfrentamiento
con Francia presidió cn
esta época la actividad
exterior de la Corona de.
Aragón, lo que implicó
forzosamente el final de
la tradicional alianza.
franco-castellana. Ha-
ciendo gala de su habili-
dad diplomática, Fer-
nando II obtuvo en 1493
la devolución de los con-
dados catalanes del Ro-
sellón y la Cerdaña, ocu-
pados por los franceses
treinta años antes. A
cambio, se suponía que
dejaría manos libres a Francia en el Sur de
Italia, donde reina ha una dinastía de origen
aragonés. Pero cuando el monarca francés.
Carlos VIII, se lanzó a la conquista de Ná-
poles, Fernando organizó una Liga .com
otros Estados europeos y con el Papa para
oponerse. Los franceses fueron expulsados
de Italia, pero ello dio origen a nuevas gue-
ras en las que se impusieron las tropas es-
pañolas, organizadas en grandes unidades,los tercios y mandadas por Gonzalo Fer-
nández de Córdoba. El Gran Capitán. Final-
mente, por el tratado de Blois, en 1505.
Luis XII de Francia reconoció a Fernando
de Aragón como rey de Nápoles y Sicilia.
Los intereses expansionistas de Castilla-
se orientaban preferentemente hacia el
Atlántico, en abierta competencia con los
del vecino Portugal. El Tratado de Alcaçoba
(1480) atorgó a los portugueses una ocasio-nal exclusividad en el continente africano,
lo que forzó a los castellanos a interesarse
por nuevas rutas transatlánticas. Las Islas
Canarias, formalmente incorporadas a Cas-
tilla en 1477, fueron íntegramente conquis-
tadas en este período
Pero el paso más trascendental fue la
ayuda otorgada por Isabel la Católica a
Cristóbal Colón, un marino de probable ori-
gen genovés, para la expedición naval que.
permitió, en octubre de 1492, el descubri-
miento de América. Colón, que realizó otros
viajes en los años siguientes al área del Ca-
ribe, tomó posesión del Nuevo Continente.
en nombre de los Reyes Católicos.
Pero no tardaron en surgir problemas
on Portugal, interesada también en la co-
nización de las tierras americanas. Final-
mente, en 1494, el Tratado de Tordesillas...
negociado bajo el arbitraje del Papa Alejan
dro VI, permitió un acuerdo, por el que los
portugueses se aseguraban la posesión de lo que luego sería el Brasil, a cambio de dejar el resto de América a los españoles.